Experiencia obligada en Ámsterdam
Sin duda, un paseo en barca por los canales Ámsterdam, es una de las experiencias obligadas en esta ciudad. Hay bastantes opciones y tipos de barcas; desde el clásico bote pequeño o al grande; o simplemente alquilar una especie de hidropedal. Nosotros nos decidimos por el típico “City Sightseeing”, que al igual que en todas las ciudades, en Ámsterdam también lo hay pero en barca. Tenía una parte cubierta por una lona y otra al descubierto, justo lo que yo buscaba para poder hacer buenas fotos.
Como el día se estaba poniendo muy feo, poca gente se atrevía a montarse en uno de éstos, así que teníamos un bote para nosotros solos (a parte del conductor y un turista más).
Cómo no, empezó a llover en ese justo momento, pero por lo menos nos podíamos resguardar.
Saliendo del Barrio Rojo, nos adentramos en el río Ámstel, que atraviesa toda la ciudad. Casi todos los recorridos, se adentran en el Grachtengordel (Cinturón de Canales), que en forma de tela de araña bordea todo el centro de la ciudad. Estos canales fueron construidos durante el Siglo de Oro ( XVII), cuando ya la ciudad no se contenía dentro de sus antiguas murallas. Declarado Patrimonio de la Humanidad, es posiblemente la imagen más icónica de Ámsterdam.
Es aquí donde nos encontramos con el “Puente de los 15 Puentes“, donde el Reguliersgraht y Herengracht se cruzan. A un lado se verán 6 puentes de arcos, uno tras otro; y al otro lado otros 6 y al otro 2 más. El que falta es en el que uno se posa, aunque en nuestro caso estábamos dentro del canal.
Siguiendo por Herengracht, uno sólo puede quedarse fascinado con tanta belleza. Motivos no le han faltado para ser Patrimonio de la Humanidad, con ese estilo arquitectónico tan representativo. Aquí los más adinerados, se construyeron las mejores casas de la ciudad, y poco han cambiado.
Saliendo de estos canales, volvemos a llegar a la Estación Central, punto de inicio y fin de un fantástico recorrido.
Una pasada y como dije, obligado en cualquier visita a la ciudad de los canales.


