Dónde vamos Eva
Un bucólico paseo
Los járdines botánicos son una de esas joyas que realzan a la ciudad donde se ubica. El real Jardín botánico de Madrid es sin duda su joya mejor guardada y conservada. Da igual la estación del año en la que la visites, siempre sorprende, a mi, personalmente me llena el alma con su belleza, tranquilidad, armonía y colorido.
Uno de los rincones que resultan más bellos y fotogénicos es el alargado paseo que transcurre de lado a lado del Jardín entre setos, arbustos de infinitas tonalidades de verdes y árboles de apreciada sombra (si, como es mi caso, lo visitas en verano). En el alargado paseo se adivinan cuatro bellas estatuas que corresponden a cuatro ilustres botánicos de los siglos XVIII al XIX y que fueron responsables del citado lugar.
Bucólico lugar, merece la pena pasear sin prisas, mirar las pétreas estatuas que le dan más magia al lugar, un toque casi humano. El sol juega con los tonos verdáceos, amarillos y casi ocres de un otoño incipiente. Mientras, la ruidosa ciudad sigue su ritmo trepidante fuera y uno, en medio de esta serenidad solo puedo desear que la armonía de este lugar le acompañe ya para siempre.
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