Roberto Gonzalez
Tranquila y muy cuidada
Cabra me llamaba mucho la atención porque en Canarias existe un romance que precisamente se llama así, el Romance del Conde de Cabra, en el que se narra la historia de una viuda de la que se enamora don Diego Fernández de Córdoba y con la que quiere casarse a la fuerza.
Por eso, y por las reseñas históricas que había ojeado, me decidí a visitarlo y cual fue mi sorpresa al descubrir un precioso pueblo, casi ciudad, de arquitectura y gente agradable, muy limpio, con una oficina de turismo competente y un par de puntos a visitar de interés.
Uno de ellos es la Parroquia Mayor de la Asunción, por supuesto, y como digo siempre en estos casos, edificada sobre una anterior mezquita, para que no queden restos de templos infieles....(SUSPIRO).
El mármol de color rojo y por algunos lugares como las columnas salomónicas, negro, provenía de las entonces famosas canteras de la Sierra de Cabra, fueron el material perfecto para dar rienda suelta al esplendor barroco que la iglesia disfruta mostrando.
Esplendor que ha estado a punto de desaparecer debido a dos terremotos que la dañaron de tal manera que a punto estuvo de ser derribada por el peligro que significaba para la seguridad no sólo de los fieles que en ella oraban, sino a todas las edificaciones que la rodean.
Afortunadamente , una suscripción popular logró recaudar el suficiente dinero para que una acertada rehabilitación/reconstrucción fuera llevada a cabo, con el perfecto resultado del que hoy podemos disfrutar.
Esplendor que ha estado a punto de desaparecer debido a dos terremotos que la dañaron de tal manera que a punto estuvo de ser derribada por el peligro que significaba para la seguridad no sólo de los fieles que en ella oraban, sino a todas las edificaciones que la rodean.
Afortunadamente , una suscripción popular logró recaudar el suficiente dinero para que una acertada rehabilitación/reconstrucción fuera llevada a cabo, con el perfecto resultado del que hoy podemos disfrutar.
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