La elegancia de la piedra roja
Ante la plaza de España se eleva el principal monumento de Montoro, levantada entre los siglos XV y XVI, con su portada gótica y la rica armadura mudéjar de su nave central.
La roja piedra molinaza le da un color pocas veces encontrado en la arquitectura religiosa de la época, sobre todo en el altar central, con un efecto que refuerza acertadamente el terciopelo granate que lo cubre.
Tuvo que ser profundamente restaurada tras la Guerra Civil española de la que salió gravemente dañada.
Afortunadamente hoy luce en todo su esplendor para disfrute de creyentes y agnósticos; los primeros tienen en ella refugio y consuelo para su alma y los segundos un catálogo muy completo de obras de arte religiosas,empezando por la lápida visigoda sobre pedestal romano que encontramos empotrada a la izquierda de la puerta principal de entrada, pasando por la riquísima ornamentación de los techos, o la andalucísima imaginería que llama nuestra atención por su intensidad expresiva.