Claudia Monaco
Mucha carne, pero no sólo eso
La Parrilla del Sur es un buen restaurante. A pesar de la cola de los domingos, vale la pena cada segundo de espera.
El sistema funciona como en Uruguay: las carnes se colocan sobre una rejilla y las asan en una especie de gran barbacoa bien organizada. Las carnes que requieren más tiempo para asarse son colocadas en la parte inferior, envueltas en papel de aluminio. También hay huevos e incluso pimientos, lo que le da un color muy bonito.
El menú es amplio, y uno puede pedir el corte que más le gusta y el camarero lo lleva a la mesa. Para aquellos que no quieran comer carne, hay diferentes opciones de platos de pasta y ensaladas. La pasta viene con una salsa de tomate natural con un queso rallado muy bueno.
Las carnes son un capítulo aparte. Los cortes son totalmente diferentes de los nuestros: filetes suaves y gruesos, suculentos, con nada de grasa, con un una condimentación sabrosísima. Se acompañan de ensalada de hojas verdes y de un buen vino o una cerveza bien fría en verano.
En un día frío, a 5º, la carne y el buen vino son un acierto.
Los precios son correctos y el aparcamiento cuenta con aparcacoches, lo que hace que sea muy fácil ir en domingo.
En un día frío, a 5º, la carne y el buen vino son un acierto.
Los precios son correctos y el aparcamiento cuenta con aparcacoches, lo que hace que sea muy fácil ir en domingo.
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