Carlos Olmo
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Una visita a Ordesa es siempre especial, aunque intento escapar en verano, ya que de muy popular y algunas rutas, como la de la cascada Cola de Caballo, se convierten en una romería
Parque Nacionales está tomando medidas para evitarlo, con un máximo de visitantes diarios de 1.800, y la obligación de dejar el cocheen Torla y subir en autobús hasta la pradera de Ordesa. El autobús sale del centro de visitantes de Torla.
Ordesa y Monte Perdido reparte su superficie entre España y Francia, y el nombramiento como Patrimonio de la Humanidad abarca zonas de los 2 países. En la parte española se encuentra en la comarca de Sobrarbe, Huesca, Aragón.
Torla es un precioso pueblo de montaña, muy popular porque es el más cercano a la entrada principal al parque. Cuenta con una buena infraestructura hotelera y de servicios, como restaurantes y tiendas.
Una muestra de la importancia de Ordesa es que reúne todos los galardones posibles, ya que es Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad desde 1997, área especial de protección de aves de la CEE desde 1988, reserva de la Biosfera desde 1977, y tiene diplomas del Consejo de Europa de áreas protegidas de 1988, 92, y 97.
Puede sorprender el nombramiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad, de hecho algunos amigos senderistas que visitan con frecuencia el parque me lo preguntaron, pero es que ellos se centran en la parte de montaña, naturaleza y paisajes, y si recorrieran la comarca lo entenderían.
Ésta zona del Pirineo ha estado muy aislada históricamente, y sus habitantes tienen unas costumbres y una cultura autóctona muy especial, visibles en las herramientas, arquitectura, y otros aspectos de su vida cotidiana
En las laderas de las montañas han construido terrazas para optimizar el terreno cultivable al máximo, y las casas están coronadas por chimeneas truncadas con un “espantabrujas” para impedir que entren en las casas.
Aparte del parque en sí, recomiendo visitar la comarca, que tiene varios pueblos preciosos, como Ainsa, Patrimonio Nacional por su preservado casco histórico; Bielsa, casi colidante con Francia; Boltaña, con las ruinas de su castillo del S. XI; el Valle de Añisclo, con sus impresionantes cañones, y el valle de la Pineta, cuya carretera nos lleva hasta los pies del Monte Perdido, donde se ubica unos de los Paradores Nacionales más aislados y especiales.
Como os he dicho he estado en Ordesa en todas las épocas del año, pero sin duda mi preferida es el otoño, sobre todo si las hayas están coloreadas, que no fue mi caso; aunque era 30 de septiembre, la temperatura y el día eran veraniegos, con una luz brillante y un cielo azul diáfano.
Para los senderistas, hay rutas de todos los niveles, desde la más famosa que recorre el valle desde la pradera hasta la cascada Cola de Caballo, que va paralela al río Arazas, y pasa por lugares espectaculares, como las cascadas escalonadas del río, el bosque de hayas, y el Circo de Soaso.
Los que no tienen vértigo y prefieren los senderos aéreos, pueden llegar hasta Cola de Caballo por la senda de los Cazadores, que asciende muy empinada en la primera parte hasta llegar a la faja de Pelay, y luego la recorre a media ladera con unas vistas impresionantes del valle. Con un poco de sueret, como me sucedió, puedes ver rebecos, la especie más apreciada del parque junto con el quebrantahuesos.
Es una senda sólo apta para montañeros, y no para visitantes que van a Ordesa con zapato de tacón o chancletas, que de todo he visto en visitas anteriores.
Cola de Caballoes el lugar ideal para comer al amparo de la cascada, bajo la inmensa presencia de los 3.350 metros del Monte Perdido y podemos echar una siesta antes de acometer el regreso, que se puede hacer por el valle, prácticamente todo el tiempo cuesta abajo y paralelos al río, con algunas cascadas espectaculares que invitan al baño.
Además del Monte Perdido, muy cerca otros 3 picos se encuentran de más de 3.000 metros, el Cilindro, el Marboré, y el Soum de Ramona.
Los senderos desde Cola de Caballo hasta el valle de la Pineta sólo son utilizables por montañeros expertos; algunos de ellos tienen instalados permanentemente cuerdas y clavos para ayudar en la subida
Si al llegar a la entrada del parque todavía nos queda energía, recomiendo regresar a Torla caminando; hay un sendero muy pronunciado cuesta abajo que permite ver los restos de aludes antiguos que han dejado grandes calvas libres de árboles en los bosques de las laderas.
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