Parque Meriken: La belleza de Kobe frente al mar.
Si bien es probable que –como a mí-, Kobe te enamore a primera vista, es cierto que a pesar de ser una ciudad mucho más chica que Osaka o Tokio, se siente un ritmo de metrópoli. En el centro de Kobe, la cantidad de edificios y tiendas multinacionales puede resultar agobiante para quienes no disfrutan demasiado el ajetreo de las grandes urbes. Sin embargo, parte de la belleza de esta ciudad japonesa es su cercanía al mar.
Bastan unos diez minutos de caminata desde la zona de Sannomiya (en el centro de la ciudad) para llegar al famoso puerto de Kobe. Un poco después del área de embarque internacional, se encuentra una pequeña península artificial en la que se concentran tanto el Museo Marino de la ciudad como el Memorial del Terremoto y –por supuesto-, el Parque Meriken.