Un rincón con sabor casero.
Encontramos El Paraíso Da Néia por casualidad. Durante un paseo en barco, el conductor nos recomendó que paráramos en el punto 18, ya que no es un restaurante tan turístico y que era tan bueno o mejor que otros más famosos.
El restaurante es una parada con buena comida y lleva derecho al paseo que lleva a la pequeña localidad de la Costa da Lagoa. Allí, después se puede pedir y elegir entre casquinha de cangrejo, anchoas a la parrilla, carne, arroz, ensalada y patatas fritas, entre otros. El servicio es muy personal, la propietaria se acerca a saludar y a asegurarse de que no te falte nada y de que esté todo bien. Mientras que la comida llega, uno se puede dar un paseo por el pueblo y descubrir una hermosa vista desde la parte superior, para ver a los niños jugando en las aguas de la laguna o simplemente disfrutar del vaivén de los barcos.