Parador de Sos del Rey Católico

Visité este bonito pueblo en agosto de 2014,un lugar donde el tiempo se detuvo y cada piedra nos cuenta una historia,conocido por ser lugar de nacimiento de el famoso rey Fernando el Católico,vaya usted a saber porque su madre eligió este lugar tan escarpado,y de aquel tiempo de difícil acceso,pienso seria por unir dos reinos Navarra y Aragón.

Deténganse a visitar con calma el pueblo,me hospedo al parador, lindo lugar,amables empleados y una rica gastronomía, de Aragón poco mas hay que decir, nobleza en sus gentes y ricos manjares.

Estuvimos en el parador de Sos una Semana Santa hace unos años y nos encantó. Es un edificio imponente que recuerda a las fortalezas castellanas, enclavado en una pequeña colina que ofrece una bonita vista del paisaje aragonés.
La habitación era muy amplia, con una gran cama de matrimonio, un baño estupendo con su bañera generosa, y una decoración de inspiración medieval. El desayuno, muy completo, incluía productos de la región como embutidos y quesos. También cenamos en el Parador: nos encantaron tanto las ensaladas como las carnes preparadas a la brasa y típicas de Aragón.

El pueblo

El restaurante del Parador SOS del Rey Católico presume de ofrecer una cocina actualizada basada en la gastronomía aragonesa. Siempre con los estándares de calidad y servicio que caracteriza a la red de Paradores.

Algunos de sus platos más conocidos son el ternasco asado DO de Aragón, el pollo al chilindrón o el melocotón de Calanda al vino.

Confortable y muy bonito y recomendable.

El edificio ocupado por el Parador está perfectamente integrado con el aspecto monumental y majestuoso del municipio de Sos del Rey Católico, declarado conjunto histórico-artístico. Aquí fue donde nacieron y crecieron ilustres personajes como el mismo Rey Católico.

La villa se sitúa en los montes prepirineos de Aragón y Navarra, un entorno mágico y privilegiado que aporta mayor encanto a este enclave medieval.

Desde el hotel se pueden contemplar unas excelentes vistas sobre la ciudad. El interior, de materiales nobles y elegantes, enseña un mobiliario de estilo típicamente castellano.