La verdad es que tengo poco con que...
La verdad es que tengo poco con que comparar. Se trata de mi primera estancia en un Parador, aunque espero que no la última. El hotel es de los últimos paradores habilitados, y eso se nota en el buen estado del mobiliario, la inclusión de un spa entre sus instalaciones y la elección del blanco y grises en la decoración de zonas comunes.
Es todo precioso. Las habitaciones son espaciosas, muy bien iluminadas y aisladas, con las instalaciones en perfecto estado de revista. Pedimos el desayuno en el dormitorio, y cuando lo trajeron nos quedamos pasmados. Teníamos platos para hacer desayuno, almuerzo y cena. Surtido de ibéricos, panes y bollería, cereales, zumo natural, actimel... Un derroche.