Panteón De Lisboa

Todos los visitantes, o la gran mayoría, llegan al Panteón con la idea de que es, y no van muy desencaminados, lugar de enterramiento, como su homónimo en París, de los huesos y cenizas de los grandes hombres portugueses.
Lo que poca gente sabe, es que es tan solo una parte de la fabulosa Iglesia de Santa Engracia, y que su dilatada historia arquitectónica empieza en épocas tan lejanas como el siglo XVII y que llega hasta su terminación en 1966, con el terremoto de Lisboa por medio. El resultado fue una mezcla barroca con toques de modernidades diversas aportadas por los arquitectos e ingenieros que iban tomando el relevo de la construcción.

También conocida como Iglesia de Santa Engracia. Es un edificio barroco, edificado entre 1682 y 1966, sí, hasta 1966 no se acabó, por eso los portugueses suelen decir la expresión “como las obras de Santa Engracia” para referirse a una obra interminable. Pasó a tener la función de Panteón a partir de 1916, entre los personajes allí enterrados están, escritores, presidentes de la República Portuguesa, y además también están evocados a través de cenotafios personajes como Luis de Camoes, Vasco de Gama o el Infante D. Enrique (aunque no estén enterrados aquí). Destaca sobre todo su gran cúpula.

Mientras paseas por Alfama, una impresionante cúpula de un blanco inmaculado destaca entre las modestas casas del barrio: La Iglesia de Santa Engracia que por orden de un "afamado" dictador se convirtió en Panteón Nacional.

Aunque no es realmente grande, sorprende por su majestuosidad, quizás el impoluto màrmol de la que está construida o su ubicación en el barrio de pescadores, hacen que parezca todavía más colosal.

Una vez dentro sorprenden sus líneas suaves que contrastan con los llamativos colores del pavimento y la energía que desprende un lugar donde están enterradas muchas

En Portugal dicen que "las obras de Santa Engracia" es la expresión popular para describir algo que nunca termina. La iglesia de Santa Engracia sólo se completó en 1966, 284 después de su inicio. Asumió el papel del Panteón Nacional desde 1916. La fadista Amalia Rodrigues fue la última de las figuras enterrado allí.

Una ciudad preciosa