Una casona-palacio cántabra para disfrutar
En el verano de 2009 pasamos unos cuantos días en el Palación de Toñanes. Situado entre Santillana del Mar y Comillas, en una pequeña aldea era un alojamiento muy apropiado para nosotros que buscábamos estar cerca de todo y a la vez en un entorno rural.
Nuestro hijo por aquel entonces tenía 2 años y estaba entusiasmado con la idea de empezar el "cole de mayores" pocos días después. Disfrutó muchísimo en el prado de la casona, en la piscina (aunque el agua estaba fresca) y en los columpios. Todas las noches cenábamos en el bonito porche de la casona, el mismo sitio del desayuno y cada mañana el desayuno era una sorpresa de quemadas y sobaos ¡qué delicia mañanera!.