Palacio de Rundāle

Continuando el recorrido por los Países Bálticos, visitamos el Palacio de Rundale, una visita imprescindible en Letonia.

Más bien es una gran joya de ambos estilos, tan rococó como barroco. Desde 1.736 - 1.768 que se completó por el duque de Curlandia, "Johann von Biron" mandó construir un palacio de veraneo, al diseñador Rastrelli, en el pasaría sus últimos años.

Posteriormente acogió diferentes familias nobles como los Zubov, incluso fue usado por las tropas alemanas como cuartel general en tiempos de la I Guerra Mundial, hospital, incluso como escuela.
Hasta que se convirtió en 1.972 en Palacio Museo de Rundale ya restaurado, que es una maravilla.

El Palacio de Rumdales se empezó a construir en 1736 - 1740, y esta a unos 60 km de Riga. Fue encargado por Ermt Joham Von Biron, duque de Curlandia y Semigalia. Es de los pocas construcciones de Riga de estilo barroco-rococo.

Fue la vivienda de verano del duque, y actualmente esta fielmente restaurado, tanto por dentro como por fuera. Se puede visitar y os puedo decir que es barroco y rococo a no poder más. Tiene unas salas grandiosas, como os muestro en las fotos, una de ellas totalmente blanca, esta fue la que personalmente más me gusto. También se visitan las estancias privadas como dormitorios y baños, muy curioso por cierto.

Interior fotografiable previo pago de una módica cantidad. Fue residencia de los Duques de Curlandia y Semigalia, fundado en 1561 y existió hasta 1795, cuando fue anexionado al imperio ruso. El palacio fue construido entre 1736 y 1740 como residencia de verano del Duque Johann Biron y se mezcla el renacimiento y barroco europeo.

Al sur de Letonia, nada mas cruzar la frontera con Lituania, os encontrareis este precioso Palacio que fue residencia de los Duques de Curlandia.

De un barroco esquisto fue diseñado por el arquitecto ruso de origen italiano Francesco Bartolomeo Rastrelli, el mismo que diseñó el Palacio de Invierno de San Petersburgo a los zares.

Se puede visitar por dentro donde están muy bien conservadas las habitaciones tal y como fueron habitadas.

Los jardines son una delicia para pasear con gran variedad de rosales que inundan con su fragancia el lugar.

Este Palacio se ha

Lo visité en invierno, a -14° y el ambiente era extraordinario. Camino hacia allí desde Riga, paramos en la colina de las cruces, también un indispensable.