Palacio de Carlos V

Quizás si estuviera ubicado en otro lugar, quizás si no se visitara después de los Palacios Nazaríes, quizás si no mostrará su imposición sobre otra cultura..., no sé son muchos quizás para un palacio renacentista único en nuestro país.

Creo que no se la da el reconocimiento que realmente tiene y siempre queda como la "estrella invitada" de la Alhambra. Es cierto que después de ver el esplendor de la ciudad palatina nazarí, con su arquitectura oriental, con sus exquisiteces..., encontranos con el "tocho" que parece el palacio de Carlos V es como saber que el cuento de las mil y una noches llegó a su fin. Pero, olvidemos todo lo anterior y seremos capaces de disfrutar de un palacio renacentista de acentuado corte romano impactante.

Cierto es que es un palacio dentro del recinto de la Alhambra de Granada, cierto es que casi todo el mundo se lo encuentra porque va a visitar la Alhambra y cierto es que desentona con el resto del conjunto como una monja en una playa nudista. pero, cierto es también que si se mira en solitario cerrando los ojos al resto del complejo es un palacio que merece la pena ser visitado por sí mismo.
Ya los Reyes Católicos vivieron en la Alhambra y añadieron alguna estancia, pero cuando Carlos V se casó y se proclamó emperador lo mandó construir porque quería un palacio digno de un emperador y dejar en Granada su residencia permanente. Lo que se le olvidó fue hacerlo en otro sitio fuera de la Alhambra y no estropearla.

Dentro de La Alhambra, hay un lugar que se diferencia del resto por derecho propio. La culpa la tiene el emperador Carlos V, que decidió con buen gusto hacerse allí un palacete residencia. Hay quien no quedó nada satisfecho con lo que hizo y desde ya hace muchos años la dudosa belleza de este palacio en contraste con la obra árabe ha sido materia de debate.

A mí, personalmente, no me disgusta. Es verdad que es muy especial y que el choque es raro, pero al mismo tiempo me parece tan original que, sobre todo bañado por el sol del atardecer, a mí me termina gustando. Lo mejor es que vayas

Puedes visitar la Alhambra y pasear por el Palacio de Carlos V todas las veces que desees, pero debes saber que cada visita que realices nunca será igual. Cada rincón y cada lugar de esta belleza te hace sorprenderte cada vez más y no aburrirte nunca de sus vistas y sus maravillosos atardeceres. Las escaleras del Palacio de Carlos V son todo un símbolo del mismo, cualquier fotógrafo no se resiste a fotografiarlas de cualquier perspectiva.

Podrá estar fuera de lugar, podrá no estar a la altura del resto de La Alhambra pero, desde luego, que nadie te diga que su visita merece la pena. Como bien he escuchado en alguna otra ocasión, es una obra que valoraríamos muchísimo más si estuviera en cualquier otro rincón de nuestro país.