josetxu
Paellas y más
Fuera del recorrido habitual de los turistas veraniegos, se encuentra este singular rincón, con una oferta bien diferente a la de los chiringuitos de playa y la de los restaurantes más sofisticados que proliferan en el municipio a la caza del visitante de cada nuevo verano. Lo hemos conocido este verano, por lo visto sólo lleva abierto 7 semanas, y a al mismo fuimos mi mujer y yo, junto con mis suegros. Para comenzar el emplazamiento, recogido, incluso algo escondido, dispuesto en una agradable plaza situada entre la Calle Jacinto Benavente (33) y la Calle San Gregorio, que lo guarda del bullicio habitual del municipio (sobre todo en los meses de verano).
El diseño del local tampoco nos deja indiferentes, muy acogedor y moderno (en ocasiones son calificativos que difícilmente coinciden en un mismo local). El servicio, sencillamente muy atentó, cuidadoso en los detalles y muy eficiente. Y para terminar la carta, que sin desmerecer lo anterior es lo mejor. Diferente, innovadora, muy variada. En los dos últimos días que lo hemos visitado destacaría entre lo que hemos probado el refrescante salmorejo de berenjena y lascas de lomo, unas croquetas de jamón que por insistencia del chef pedimos (no me gusta comer croquetas fuera de casa) y que desde luego merecen el apelativo de caseras, una estupenda fideua al señoret (en su punto y muy sabroso) y una riquísima salchichada ibérica (fuera de carta) acompañada de huevos y patatas con su piel. Los postres, es evidente que cuidan las experiencias hasta el final, fantásticos, probamos unas natillas de chocolate con nueces y helado, tarta de pera (calentita y muy jugosa) y arroz con leche tostado con frambuesa. En definitiva, muy recomendable. Lamentándolo mucho no he podido incluir fotos, pero como volveré en unos días lo dejo pendiente para entonces.
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