El camino hacia la libertad
Hoy hemos llegado a Roncesvalles, para mañana ir (juntos, pero cada uno por su lado) hasta Santiago, como manda la tradición, siguiendo la estela de tantas y tantas personas que han viajado por este mismo camino, para comenzar a andar por uno totalmente nuevo para nosotros, el camino hacia la libertad .
El camino por segunda vez, aunque esta vez es diferente, tan diferente. Nuestras vidas están cambiando día a día, y la esperanza de lo desconocido nos tiene como niños chicos.
Hace tan solo unos meses (que fue, cuando comenzó este camino por primera vez) hubiera sido impensable encontrarnos (como lo hacemos ahora), libres de un negocio (que conllevaba una vida), que había sido nuestro camino los últimos 18 años.
Pero por fin, ese duro viaje está terminando día a día, y todo, gracias la crisis (parece mentira).
Santa María de Roncesvalles, antiguo hospital de peregrinos, es uno de los lugares más emblemáticos de la Europa occidental, ya que es el paso natural (desde tiempos remotos) del Pirineo, aquí se recibía, acogía y curaba a los peregrinos exhaustos que venían de lejos, en lo que es hoy uno de los albergues más grandes de Europa, “La Colegiata” ; por lo que a pesar de sus 29 habitantes censados, este pequeño lugar es mundialmente conocido.
El pueblo es un paseo demasiado corto, así que salimos deshaciendo los pasos de los últimos que acaban de llegar, y nos adentramos de pronto en un hermoso camino, algo embarrado por la últimas gotas que nos ha dejado éste agradable frescor en la tarde. De pronto el verde húmedo de las hojas nos hace compañía durante todo el recorrido, la primavera pone el color que le faltaba al cuadro, y los insectos y las aves toman vida en derredor.
El entorno de Roncesvalles es idílico para los amantes de la naturaleza, y a pesar de ser un pueblo tan pequeño, debido a la gran afluencia de gente que hasta aquí trae el camino, podemos encontrar un par de hostales, y dos albergues, el más famosos, el albergue de la colegiata (que es el antiguo hospital del siglo XIV, también alberga un museo en su interior), el otro albergue (también hospital del siglo XIX reconvertido), es el albergue de la Juventud.
Un buen lugar para comenzar el camino, para los que cruzan el pirineo, o para los amantes de la naturaleza.