Besando a contratiempo
Un amor de verano. Un simple turista visitando la ciudad puede convertirse en alguien tan importante que el momento de su despedida sea tan difícil que no nos demos cuenta que la hora de salida de su tren se acercaba.
Un beso bajo el reloj de la plaza fue lo único que me quedó de su visita, un reloj que fue testigo de ese beso y de que mi chica perdiese su tren.