Un oasis lejor de la ciudad
Si cuando contraté mi viaje a Egipto me hubieran advertido que este hotel estaba tan lejos de El Cairo, seguramente lo hubiera rechazado, ahora me alegro de no haberlo hecho El Cairo es la ciudad con la contaminación tanto atmosférica como acústica más alta que hasta ahora he conocido y los taxis son bastante asequibles por lo que este hotel es un remanso de paz lejos del caos y si queriamos ir al caos nos llevaban hasta allí por 40 libras turcas (unos 4.40 euros)
El hotel esta formado por unas cabañas individuales con el mobiliario bastante obsoleto, no encontrareis tele con pantalla plana.., suelo de moqueta. La habitación bastante amplia para una doble pero escasa para tres personas, tras intentarnos convencer que tragaramos con dos camas bastante amplias, eso si, para tres, ante nuestra negativa en vez de cambiarnos a una habitación más amplia (me temo que sólo tienen dobles y suites) accedieron a traernos una tercera cama, con lo que el espacio quedo bastante reducido, pero bueno nuestra estancia gracias al buen funcionamiento del aire acondicionado fue agradable, el baño bastante grande pero pidiendo a gritos una reforma. Lo mejor sin duda los jardines que rodean a las habitaciones son preciosos y con una deliciosa tranquilidad pertubada tan solo por la algarabia de los niños, que en vez de jugar en el parque que para ellos tenían habilitado se empeñaban en jugar en los jardines aledaños.