Al atardecer del día en que atravesamos ...
Al atardecer del día en que atravesamos las alturas máximas del Alto Atlas y visitamos la gran kasbah de Ait Benhaddou , llegamos a Tineghir, una ciudad blanca y polvorienta perdida en un paisaje de barrancos desérticos y secos. La región es impresionante: Por más que agudices la mirada todo es color marrón gastado, como si jamás a lo largo de los siglos hubiera caído sobre la tierra una gota de lluvia.
Sin embargo Tineghir tiene una milagrosa sorpresa. De pronto, a lo largo del río Todra (que en junio suele no tener agua) surge un inmenso palmeral.