Con una fachada incongruente
Los años setenta fueron los años de la Transición en España. Muchas cosas comenzaron a cambiar en aquella década, de una forma paulatina.
En Alcaracejos en 1977 se impuso el bipartidimo, desapareciendo del consistorio las opciones nacionalistas y locales y conformándose como cabecera municipal el partido socialista.
Inmediatamente comenzó a globalizarse la cultura local conforme a la moda imperante en aquellos años de construcción de la idiosincracia andaluza. Se instalaron fuentes que reivindicaban la cohesión de la comarca y de las provincias del sur hispano.
Entre las medidas que entonces se adoptaron destaca el nuevo Consistorio, que hasta entonces se hallaba en la angosta plaza de la Iglesia, en un edificio céntrico pero pequeño y viejo. Se decidió construirlo en el espacio urbano más grande de Alcaracejos, en la plaza de los Pedroches que es el auténtico corazón de la Villa y donde se celebran los eventos populares como la Feria de Gastronomía o el famoso Auto Sacramental sobre la infancia de Jesús en Egipto.
En el año 2007 se reformaron los accesos, colocando el edificio sobre un podio con dos escalones, pero abriendo una rampa en su parte izquierda. Esta reforma exteriormente alejó aún más el ayuntamiento de la plaza, dejando más espacio abierto aún entre el mismo y la parte ajardinada. De hecho el ayuntamiento es el edificio más alejado de la alameda central de la plaza de los Pedroches.
En su parte delantera una sola plaza de aparcamiento marcada en el suelo, seguramente el coche oficial del alcalde, aunque no existe problema de aparcamiento en la zona.
En la balconada tres banderas, la española en el centro, la andaluza a la derecha de la misma y la europea a la izquierda. Aquí notamos un fallo de protocolo porque la bandera de Unión Europea no es obligatoria y está ocupando la posición de la bandera de Alcaracejos, que la bandera local no ondee en el propio ayuntamiento nos parece un feo.
Al lado del edificio municipal se halla la antigua Casa del Pavo, rehabilitada en oficinas. Se le amplió la puerta de entrada para tener otro acceso al consistorio y se conservó un azulejo cerámico con el Corazón de Jesús en la fachada. No se ha logrado la uniformidad entre ambos edificios, diferenciándose, sobre todo en que los dinteles de la Casa del Pavo no son rectos sino que tienen un arco muy rebajado. Cuando se construyó el Ayuntamiento se debería haber seguido el mismo esquema porque actualmente son un solo edificio con dos partes diferentes en la misma fachada.
En lo que sí coinciden es en un tejado con tejas árabes, a una sola agua e inclinado hacia la calle. Del patio interno surge una torrecilla con veleta donde se aloja el típico reloj. Me estuve fijando especialmente en la veleta, porque esperaba encontrar en ella una figura de león, símbolo de Alcaracejos, pero no la ví. El escudo municipal se halla en la entrada principal.
Por cierto el término "pavo" en esta comarca tiene un significado de símbolo de la inmortalidad, al igual que en el arte paleocristiano. Esta Casa del Pavo es una casa nobiliaria que se construyó en el siglo XVI con el material típico del Valle de los Pedroches, el granito distribuido en hileras de sillares.
Fijándonos en los servicios municipales que se dan este ayuntamiento exteriormente destacan Correos y el Punto de Información al Consumidor que abre una vez al mes.
Este conjunto es el más importante arquitectónicamente de la Villa, aunque resulta extraño las incongruencias del mismo y las diferencias con cualquier otra casa consistorial son evidentes. De puro extraño no se entiende cómo se ha podido llegar a tanta desemejanza.


