Nimes

La verdad es que Nimes significa para nosotros una ciudad tan conocida y visitada como pudiera ser cualquier otra española o quizás más. Hemos estado allí multitud de veces y no nos cansamos de ir, la última vez fué en el 2007 en el viaje a Hungría.

El sabor franco-español que se respira es único. Se respira por los cuatro costados la afición por la tauromaquia, aunque particularmente no nos guste.

Visita obligada es el anfiteatro romano construido en el año 27 a. De c. Por el emperador Augusto.

Las dimensiones son colosales, 133 metros de largo por 101 de ancho rodeado de 34 gradas que se sustentan por una construcción abovedada con una capacidad para 16.300 espectadores.

A lo largo de nuestro viaje por la Provenza he visto paisajes únicos, rincones que dejan huella, ciudades coquetas, exquisitas, podría no parar de calificativos, pero..., no se porqué, Nîmes me ha dado algo especial.

Lo más curioso es que no tiene nada del otro mundo, pero una alegría desbordante en sus calles, en sus maneras, ha llenado mi espíritu intrépido, Quizás por su naturalidad.

Con un casco antiguo muy coqueto, con rincones preciosos llenos de restaurantes, "atelliers", terrazas, donde se respira jovialidad y un vivir la vida increíble. Creo que es una sabia evolución de una ciudad de "piedra" que ha sabido sobreponerse al legado histórico y se ha reinventado a si misma de una manera como solo lo saben hacer en el sur de Francia.

Ciudad encantadora del sur de Francia con un sabor muy español.Con sus corridas de toros en el coliseo romano,su templo a la diosa afrodita etc,sus cafés,restaurantes,vinos etc.sin duda una ciudad que hay que visitar si estas por el sur de Francia

Caminar por las calles de Nimes y encontrar una estructura como tal.

Te haces parte de la historia visitando lugares como este.