La calle de las ranas
En el trayecto desde la estación de tren hasta el castillo de Matsumoto hay que cruzar el río de la ciudad. Junto a él se encuentra Nawate-dori, una tranquila calle peatonal con un puñado de comercios. Hay alguna cafetería, tiendas de comida y también alguna de antigüedades.
Fue en una de estas donde vimos una preciosa tetera antigua que nos llevó a vivir una de la situaciones más curiosas de nuestro viaje por Japón. Y una prueba más de amabilidad de los japoneses. Nos queríamos llevar la tetera, pero el datáfono de la tienda estaba roto. Nos indicaron un banco en el que sacar dinero, pero no sabemos la razón, fue imposible. Así que nos fuimos a dar un paseo por Nakamachi, el barrio antiguo de Matsumoto.
Allí encontramos un oficina de correos, pudimos sacar el dinero que necesitábamos. Cuando regresamos a la tienda y le contamos al dueño lo que nos había pasado, no dudo en darnos una bebida energética a cada una por el esfuerzo, y rebajarnos unos cuantos llenos sobre el precio pactado para compensar el esfuerzo. Nos dejó sorprendidos y agradecidos.
Además de contaros esta anécdota, comentar que esta calle es conocida también como la calle de las ranas. La razón son las esculturas de este anfibio que decoran la calle. No son lo más bonito de la ciudad, pero ahí están, siendo las protagonistas de un rincón de Matsumoto.
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