El Museo Nacional de Damasco es la...
El Museo Nacional de Damasco es la galería más importante de Siria y vale la pena dedicarle un par de horas antes de seguir visitando otros lugares de interés del país.
No nos esperemos un moderno museo europeo, interactivo, bien organizado y con correcta iluminación. Entrar en la Galeria Nacional es como retroceder a los museos de los años 40, esos que los Indiana Jones llenaban con sus "tesoros".
Pese a todo la visita merece la pena. A la entrada veremos un frondoso jardín que alberga alguna de las piezas que no entra en esta desbordado museo. La fachada del edificio es imponente. Se trata de la entrada de un antiguo palacio-campamento militar del siglo VI situado en el desierto, cerca de Palmira y que fue trasladado piedra a piedra hasta Damasco.
El interior del museo es verdaderamente caótico, así que conviene seleccionar bien lo que quiere verse para no acabar agobiado por el calor y la marabunta de objetos artísticos.
Yo recomiendo especialmente la sinagoga del siglo II, famosa por las representaciones del Antiguo Testamento, la única con representaciones del mundo, ya que el Talmud prohibió muy pronto las representaciones humanas. Para acceder a esta parte del edificio es necesario pedir las llaves a uno de los guardias.
También son imprescindibles el hipogeo de Yarhai, un conjunto de cámaras mortuorias que se encontraban en el Valle de las Tumbas en Palmira, con esculturas muy curiosas y expresivas.
Por último, es recomendable pedir a uno de los guardias que nos abran (nadie las visita, al parecer) las salas de madera tallada que recrean una antigua mansión árabe omeya.