Un oasis que resguarda obras de Rivera y Kahlo
Más que un museo, el Dolores Olmedo es un verdadero oasis al sur de la ciudad. Con una caminata por los jardines de la ex hacienda de La Noria, entre esculturas de bronce, árboles, plantas y flores endémicas, sorprende el hecho de estar aún dentro de la ciudad, acompañados por los pavorreales y perros xoloitzcuintles que invaden el camino.
La vida de Dolores Olmedo fue equivalente al valor de su colección, entre retratos y fotografías con la crema y nata del país, mobiliario y antigüedades asiáticas. La primera sala muestra al público la intimidad de su hogar e introduce al visitante en la vida de este mítico mujerón.
El recorrido debe de terminar con una parada en la cafetería y la chachareada en la tienda de museo. Es súper conveniente checar la cartelera de eventos, ya que todos los fines de semana ofrecen conciertos y actividades al aire libre.
La esencia del museo es perfecta para condimentar una mañana de paseo y sentirse catrines de antaño caminando lejos de la ciudad, en épocas pasadas.
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