patojo
Rasnov es una fortaleza sajona que fue construida sobre un promontorio rocoso que domina la gran ciudad de Rasnov.
Es una construcción campesina del siglo XIV. Entramos por abajo, dejando su coche en un pequeño aparcamiento, la entrada al sitio cuesta 8 lei, y abre todos los días. Desde lo alto, se domina toda la llanura, y las vistas sobre las montañas de los alrededores son excelentes. No vemos la ciudad de Brasov, que se encuentra detrás de la montaña.
Detrás de los muros de la muralla, hay un conjunto de casas, que se ve como un pueblo en miniatura, y la mayor parte ha sido restaurada para acoger a los visitantes. El más grande, hecho a 140 metros de profundidad, habría sido cavado por los presos turcos durante años a cambio de su libertad.
El pueblo estaba listo para soportar un asedio en esta región por las frecuentes invasiones. La fortaleza protegía la frontera del dominio de Burtzenland, a unos quince kilómetros de allí. Esta es una de las fortalezas mejor conservadas del país. También podemos ir andando, en unos veinte minutos desde el centro del pueblo de Rasnov, la entrada del camino es fácil de encontrar a los pies de la colina.
Las fortificaciones del pueblo medieval de Brasov, fueron construidas entre la segunda mitad del siglo XIV y 1641. Hoy en día, están muy bien conservadas. Los muros superiores, debajo de la montaña Tampa, y los inferiores cerca del canal, están intactos. La muralla debajo de la montaña, muestra las tres etapas de su construcción, en primer lugar la roca tallada, luego el ladrillo a partir del siglo XVI y finalmente un recubrimiento mixto que incluye ladrillos en el siglo XVII.
La muralla tenía en su origen, ocho torres de vigilancia, ubicadas a los dos lados del muro. La parte sudoeste de la ciudad estaba protegida por bastiones, agrupados por oficios, los algodoneros y los traperos, por ejemplo.
En 1575, los muros de la parte sudoeste fueron decorados con pinturas murales de Laurentius Fronius, pero que por desgracia, desaparecieron luego debido a la lluvia y al sol. En el siglo XIX, las fortificaciones del sudeste de Brasov, fueron dotadas de un paseo superior.
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