Analía Plaza
Las casas adosadas a la muralla
No es la de Ávila ni la de Santiago, pero también es. Salamanca tiene muralla romana. Queda solo un trozo, al lado del huerto de Calixto y Melibea, porque durante años nadie se preocupó de mantenerla y se construyeron casas adosadas. Una cuestión económica, explican los locales: antaño, para ahorrarse una pared, los edificios se hacían directamente sobre ella.
En los últimos años, el Ayuntamiento y los propietarios de esos edificios han tenido sus más y sus menos sobre qué hacer con la muralla. El primero, claro, busca la explotación monumental para “recuperar una de las entradas a la ciudad más bellas que existen en Europa”.
Al final se sale con la suya: tras idas y venidas judiciales, los vecinos de la zona del Rector Esperabé han recibido indemnizaciones y el pasado mes de junio, al fin, se derribaron las dos últimas casas que quedaban. Así que a falta de terminar de rehabilitar la zona, Salamanca tiene ya un poquito más de muralla.
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