Cuando los estilos se fusionan
Fue mi ultimo día y muy bien aprovechado a pie por la gran metrópoli moscovita, dejando en mi un gran impacto por los diferentes estilos y a su vez lo descomunal que me resulto la capital.
Disfruté desde volver a entrar por la gran puerta al Kremlin, magnifico conjunto fortificado, donde hicimos cola para entrar en el mausoleo de Lenin, como no. Recorrer el Imperio ruso con la riqueza de edificios, la Basílica me volvió a hechizar, no tanto la Plaza Roja por lo desfigurada que estaba.
Un conjunto de esplendidos edificios, la etapa de oro de los zares, la del Renacimiento con majestuosos edificaciones, con influencia de otros países, sus estilos italianos adorados, envidiados al ser europeos por Pedro el Grande.
La gran expansión del estilo moscovita por todo el territorio, gracias a el zar Iván el Terrible, castillos, fortalezas medievales y iglesias y basílicas con cúpulas bulbosas que te cautivan una y otra vez, por sus formas y coloridos.
Posteriormente llega y disfrutamos del Barroco ruso con una decoración fina a la vez de abigarrada. Pero según vamos recorriendo el Moscú actual , que estaba con grandes obras en calles y aceras de bloques de granito de tamaño descomunal.
Vemos el estilos de obras modernista, aun signos de la etapa de la Perestroika. Una Rusia que levanta nuevos y modernos templos, rascacielos asombrosos a ambas orilla del rió, desde donde ver un fantástico atardecer y el cambio de estilos arquitectónicos, fusión de etapas y de estilos que configuran una asombrosa capital.


