Todos lo conocen pero es casi invisible
Todo el que ha pasado por Edimburgo lo ha visto, sentado sobre su pedestal, con postura de intelectual pero casi nadie sabe quién es, ya que estamos acostumbrado a pasar junto a él que son pocos los que reparan en saber sobre su historia.
Junto a la plaza de St. Andrews con vistas a la torre monumento de Sir Walter Scott, nos encontramos con esta impresionante estatua que a todos suena pero ninguno cae. Pues bien, Edimburgo siempre ha sido una ciudad de bohemios, intelectuales y científicos, siendo esta última la categoría a la que corresponde esta estatua a James Clerk Maxwell uno de los matemáticos y físicos más relevantes de la Escocia Victoriana, es decir, de siglo XIX.