Atrapado por la luz del día
Son sólo 232 metros de colina y aún así las vistas que se obtienen desde su cima y el camino en sí mismo valen la pena. No en vano la llaman Mauao, o El Monte, puesto que es la elevación más alta al final de la península arenosa de Maunganui.
Dejamos el coche o la caravana en nuestro caso en un la calle que muere a los pies de la montaña y elegimos uno de los tres caminos que nos ofrece un cartel orientativo. El primero es el más sencillo, el que hacen los mayores del lugar para mantener el colesterol a raya, y que rodea la montaña por la costa. El segundo sube un poco y llega hasta la mitad; el tercero, el elegido, sube hasta la cima por el lado oeste y baja por el este, mirando al Océano Pacífico.