Monte Etna

Cuando se ven desde lejos las fumarolas del volcán dan ganas de dar la vuelta, por si se está preparando una erupción. Sin embargo, parece que las fumarolas, precisamente, son un signo de que todo va bien: como si de una olla a presión se tratase, los gases subterráneos emanan poco a poco en lugar de provocar una explosión.

Durante el largo ascenso vamos viendo constantemente el volcán, hasta que llegamos a un punto en el que tenemos que cambiar el autopullman o el coche por el teleférico, el mismo que, durante el invierno, traslada a los esquiadores a las pistas.

La visita guiada continúa en pequeños autobuses todo terreno, que nos acercan a una zona en la que podemos asomarnos a varios cráteres, pero no al principal. Está totalmente prohibido subir a pie y circular por las zonas no autorizadas.

Una vez en Sicilia, no puedes dejar de hacer una excursión al Etna, que es volcán activo mas grande de Europa, y está situado entre las provincias de Mesina y la de Catania. Puedes ir en una excursión organizada o contratar a una pequeña combi, como hicimos nosotros, y pactando el precio.... Te puede llegar a salir mucho más barato.

El camino hacia el Etna es muy pintoresco y a medida que tu auto asciende, pasarás por pequeñas poblaciones, algunas más grandes que otras, pero en general de pocos habitantes. Te muestro una muy linda en la que paramos a ver su placita y los edificios circundantes entre los que se destaca la iglesia, pequeña pero con imágenes y altar principal muy bello y adornado con lindísimas flores, pues parece habían tenido un casamiento. Fíjate en la preciosa puerta de factura magnífica.

El Etna es, con sus 3342 metros, el volcán activo mas grande de Europa. Nosotros pasamos la noche anterior en Nicolosi, un pueblecito de montaña precioso donde se comen unas setas exquisitas.

Al día siguiente, temprano, cogimos la carretera en dirección al “Etna“, y en una hora estabámos en un refugio del Club Alpino Italiano y al área de esquí; esta carretera continuaba hacia el famoso valle del Bove, (lugar de las mas impresionantes erupciones y la famosa cascada de lava) pero fue cortada por la ultima erupción de verano de 2001 y aún no ha sido totalmente reconstruida.

Una vez en el refugio Sapienza, nosotros cogimos el teleférico que sube al Etna, que hacía poco que habían vuelto a abrir porqué en 2001 la erupción se había cargado la maquinaria.

La idea no era ni mucho menos subir hasta lo más alto, ni siquiera hasta la mitad; pero una vez que llegamos hasta allí con nuestro coche de alquiler, volviendo de Taormina, no pudimos resistirnos.
Después de aparcar y acercamos al terminal del teleférico, subimos, por un precio bastante alto ( unos 24 euros), en unas cabinitas para cuatro personas un poco tocadas por el tiempo.
La ascensión es muy corta, si la comparamos con la del Teide, y una vez arriba, hay, en la otra terminal una persona que te vende piedras con cristales coloreados como recuerdo.
Una especie de carretera excavada en la roca recorre la parte superior del volcán, y por mucho que lo intentamos no pudimos encontrar su boca. Aunque era abril, todavía quedaba mucha nieve, como resto del invierno que acababa de pasar.