Uno de los motivos recurrentes para...
Uno de los motivos recurrentes para optar por la variante de Samos, en vez de la de San Xil, en el tramo gallego del Camino Francés.
Este monasterio benedictino que se utilizó en su tiempo como colegio de Teología y Filosofía tiene actualmente una hospedería en la que se quedan numerosos viajeros y peregrinos (piden únicamente un donativo, no tiene un precio establecido... Aunque es definitivamente austero).
El monasterio tiene un gran interés histórico y artístico por si mismo, y te lo dejan visitar por unos 3 euros. Desde mi punto de vista uno de sus principales atractivos son sus dos claustros: El grande (o “del Padre Feijoo” por la escultura de Asorey que lo preside) es al parecer uno de los mayores de España... Y uno más pequeño al que se conoce como el de las Nereidas. Se le llama así por la fuente central (de la que también hay una leyenda: Dicen que las esculturas de las Nereidas fueron encontradas “inapropiadas” para un monasterio y lo mandaron trasladar. Se desmontó piedra por piedra, pero fue imposible moverlo... Cuando renunciaron a trasladarla la fuente “recuperó” su peso original).