M. C.
Comer sin que te saquen un ojo de la cara
A la vista de cómo está de caro Santo Domingo, encontré que este restaurante era hasta barato. Se encuentra en Piantini, uno de los barrios residenciales de lujo de la capital (de los más antiguos). El tráfico, en hora punta en la Gustavo Mejía Ricart es infernal, pero tienen aparcamiento particular con vigilancia. La comida es buena. Probé una ensalda de aguacate y pollo que no estaba mal. El servicio, atento. Y la decoración, bastante moderna, aunque sencilla. Es una buena opción para merendar o cenar, porque la carta me pareció algo cortita.