Héctor mibauldeblogs.com
escultura
En estas tierras tan disputadas por el hombre blanco y el indio, no está de más que se recuerde en forma de escultura algún monumento a la reconciliación entre razas. Si ya el monte Rushmore podía ser una afrenta a los indios Lakota pues está en territorio sagrado de las Black Hills, todavía resuenan los viejos tambores de guerra de Toro Sentado y Caballo Loco.
Junto a esta escultura vagabundeaban un par de indios vestidos ya occidental y pidiendo limosna para echar unos tragos de alcohol. Quizá la reconciliación no haya llegado todavía a las Black Hills