Un Mirador en medio de la selvática mata amazónica.
La verdad es que vienes andando y andando por los caminos, alamedas, Orquideario, Cactario, Bromeliario, Plantio de Mangueiras o Árboles de Mango, Avenida de las Palmas João Barbosa Rodrigues (Aléia Barbosa Rodrigues Palmeira) , Lagos, Fuentes, Sitios Arqueológicos, Tienda de Souvenirs, Exposición Anual de la Feria de Orquídeas, Museo, Bibliotecas, la Fuente de Eco y Narciso atravesando el Río de los Macacos, las grandes plantaciones de Cañas, puentecillos y Cascadas, El Chafariz de las Musas, El Jardín Sensorial, las Diosas del Olimpo Diana y Ceres y diferentes Bustos en homenaje a… El jardín de las Bellas Flores y tantos otros sitios más y nada deja de sorprenderme, por su verde, su silencio, sus luces y sombras, el trinar de sus pájaros, las cotorras de colores, los pequeños colibríes, los monos y zorrillos y, cientos de mariposas grandes y pequeñas que se deslizan por el aire con sus coloridas alas polinizándolo todo.
Piensas que llegaste al final de tu recorrido, que necesitarías unos de esos bancos ubicados a la sombra para descansar y te resistes porque el lugar cierra temprano y antes de la 6 de la tarde hay que estar de regreso en casa y, allí de la nada, aparece este Mirador de Madera, a su lado una glorieta de material, con largos peldaños de piedra que trascurren entre plantas y flores y te permiten mirar hasta donde te alcance la vista toda esa diversidad de tonos de verde y múltiples colores, mezclados con orquídeas grandes y pequeñas y otras flores típicas de este y otros países de América y el mundo donde no sólo las ves sino que aprendes en sus Bibliotecas, Laboratorios, e Instituto de Investigaciones, habiendo sido designado por la UNESCO “Reserva de la Biosfera” y, su “Instituto de Investigaciones” un organismo autónomo a partir del año 2002.
Si te agrado el paseo por mis rincones del Botánico me lo dirás o no, pero estar aquí fue un placer para todos los sentidos.


