Mirador de Toompea

Si dejamos atrás el bullicio de la parte baja de la ciudad y tomamos el camino, que no es cansino por lo corto y ameno, que nos lleva hasta la cima de la colina de Toompea, tendremos la oportunidad de disfrutar de la segunda parte de la ciudad, o mejor dicho, de la primera, ya que fue en ella donde se originó Tallín, en un bastión de defensa del que no queda prácticamente nada.

Pero al final de la calle Pekk, muy cerca de la Plaza del Ayuntamiento, nace el camino que nos va llevando, pegados a las murallas y pasando por debajo de puertas, como la de la Virgen, donde curiosamente se encerraba a las prostitutas, hasta su punto más alto.

Otro de los rincones de Tallín que merece la pena visitar.

¿Por qué? Pues porque de un solo vistazo te puedes hacer con una panorámica de toda la ciudad desde lo alto. Y es que, Tallín es bella desde todas las perspectivas.

El edificio que más resalta es la Iglesia de San Olav, el edificio más alto del casco antiguo de la ciudad, y uno de los más bellos.

También dispones de varios puestos para comprar recuerdos de tu paso por Tallín. Cuando yo fui había unas chicas que vendían almendras garrapiñadas con canela. No tengo claro el porqué, supongo que es algún dulce típico de la zona pues lo vi en varios sitios.

En Toompea , parte más alta de Tallin nos encontramos dos miradores. Desde cualquiera de ellos hay vistas espectaculares de la ciudad. Tanto de noche como de día, se puede disfrutar y diferenciar el casco histórico , con un claro contraste de la parte moderna estando esta en extramuros.
Como referencia puedes tomar la Torre de la Iglesia de San Olav , siendo la que destaca del casco histórico por ser la más alta.
Muy recomendable.

Rodeado de varios restaurantes y bares, en una zona un poco apartada de las visitas habituales a la colina, encontramos este pequeño mirador, que da directamente al mar Báltico. Desde aquí podemos ver toda la zona norte de la ciudad de Tallín, los campanarios, parte de la murallas y un poco de la ciudad moderna, hacia el oeste.
Justo al lado tenemos un ecléctico edificio que alberga, y fue edificado para eso, la Academia de las Ciencias de Estonia, en un edificio de estilo no muy claro, edificado entre 1865 y 1868 por Martín Gropius.
De aquí podemos bajar andando muy relajadamente hasta

En esta ciudad patrimonio de la humanidad por la UNESCO hay un fantástico mirador desde el que se observa todo el casco antiguo. Merece la pena subir unos cuantos escalones para llegar hasta aquí.

Yo vine desde Helsinki (Finlandia) en ferry y pasé un día inolvidable recorriendo sus callejuelas que te transportan a la Edad Media... ¡merece la pena!

Cerca de la catedral ortodoxa de Alexander Nevsky, en lo alto de la colina de Toompea, está la Iglesia luterana de Santa María, una de las tres Iglesias medievales del siglo XIII que todavía siguen en activo en esta monumental ciudad. A un paso de allí tendréis que buscar este mirador desde donde podréis admirar las mejores vistas de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Podréis avistar la aguja de la Iglesia de Sant Olav, era la más alta de Europa, con 159 metros de altura, hasta que un incendio la destruyó, también divisareis los restos de la muralla y de las antiguas puertas de la ciudad medieval con el Báltico al fondo, una preciosidad de lugar.