Roberto Gonzalez
Balcón de Lisboa
Otro de los miradores de visita obligada en la capital de Portugal, San Vicente nos da al mimo tiempo una imagen de Lisboa limpia, clara, envuelta por un aire azul y una luz dorada y la recia imagen de las callejuelas que se enredan bajo nuestros pies.
Un barrio laberíntico que se despliega en empedradas subidas y bajadas de becos (callejones), estrechas callejas , escaleras, arcos, patios y plazuelas, con pequeños balcones de hierro forjado que compiten a salir a la calle con la ropa tendida y las flores que crecen en latas de conserva.
El contraste es grande si miramos más allá y nuestros ojos chocan con la grandeza del Monasterio de San Vicente y los palacios que se adivinan cerca de la Plaza del Comercio.
Leer más
+7