Mercado De San Miguel

¡Caja fulgente por fuera, cascada de luz por dentro! ¡Qué bonito ha quedado!

Diseñado por el arquitecto Alfonso Dubé y Díez, fue inaugurado el 13 de mayo de 1916, ahora totalmente reformado bajo la dirección de Juan Manuel Alarcón, acoge todo cuanto quieras comer, y donde quieras degustarlo en el interior mágico de su hermosa estructura de hierro cristal y cerámica levedad y color; productos de la tierra o de la mar.
Allí encontrarás un descanso en el camino, y te podrás relacionar con gentes de toda condición y de múltiples países.
Allí según la hora del día podrás degustar un buen vino de Rioja o un buen jamón de bellota, a otra hora del día podrás desayunar excelente bollería si vas a primera hora del día.

Tras dos años de obras en mayo de 2009 volvió a abrir este mercado, ahora está dedicado a productos gourmet, los precios, pues, son los de este tipo de productos. Hay varios bares y mesas y bancos en el centro, puedes pedir las cosas en los distintos puestos y degustarlas allí mismo, aunque la verdad es que cuesta un poco encontrar sitio. Está siempre súper lleno. Uno de los puestos más curiosos es el de ostras y caviar, se llama Sorlut. También hay cocedero de mariscos, tienda de bacalao, pastelería e incluso una floristería y una librería. Como he dicho antes, está siempre muy lleno.

Convertido en uno de los puntos turísticos clave tras su reinauguración en 2009, este mercado es uno de los puntos más visitados de la ciudad y no es de extrañar, ya que a parte de ser una maravilla y una preciosidad por fuera, la gran variedad de puestos que hay en su interior atrae a todo tipo de turistas ya sean nacionales o internacionales.

Se pueden encontrar desde flores, pasando por quesos, legumbres, pescado e incluso caviar. Se pueden degustar allí mismo muchos de los productos ya que además dispone de mesas donde poder comer o simplemente tomarte algo mientras disfrutas del buen ambiente que te rodea.

Antiguo mercado del centro de Madrid (está pegado a la Plaza Mayor) reconvertido en sitio "pijín" y de lo más snob. Merece la pena visitarlo porque está puesto con mucho gusto y prácticamente en todos los puestos hay algo que devorarías sin compasión. Buena tocinería, excelentes quesos, el puesto de la fruta es fantástico, venden ostras para consumir in situ, incluso tiene librería especializada en temas gastronómicos y más locales para venta de dulces, vinos y bebidas alcoholicas y pinchos para tomar desde un euro que hacen las delicias del paladar más exquisito. Algo nuevo y diferente dentro

Este mercado, reabierto al público hace pocos años tras una intensa restauración, es el lugar ideal para ir a comprar o degustar productos únicos, incluso algunos de lujo. Hay puestos de fruta, carnes, caviar (si, del ruso), gin tonic, croquetas, empanadillas... una variedad al alcance de pocos mercados, y donde prima sobre todo la calidad.

El mercado sirve también de bar de tapas, pues hay varias barras repartidas por el recinto en las que tomar una ración de paella, una tapa de croquetas o un pastelito.

Aunque solo sea para ver la variedad de productos y lo bien presentados que están, este mercado hay que visitarlo.

El Mercado de San Miguel es histórico. Sin embargo, desde hace muy poco tiempo, la última rehabilitación lo ha convertido en uno de los puntos más turísticos de Madrid. Y con razón. Con cierta similitud con el Mercado de la Boquería de Barcelona (aunque quizá más “selecto” o “gourmet” y menos mercado tradicional), es un sitio perfecto para tomar un aperitivo o una merienda salada. Vamos, que es perfecto para irse de cañas y tapear algo.

Obviamente, no es un sitio barato. Es muy turístico y tiene productos de alta calidad. Pero, aún así, es un lugar que no puede faltar en cualquier visita