Mercado Benito Juárez

Bienvenidos al sur.
Después de varias semanas viajando por el norte y centro de México, llegué a Oaxaca. Era mi toma de contacto con la zona maya y comencé explorando sus mercados.

Como no podía ser de otra manera, el color lo inunda todo, pero en este mercado además, las mujeres te "cantan" sus productos.
Las galerías están sucias y húmedas, como se espera de un lugar que no está pensado para el turismo. Éso, que puede ser para muchos un punto bastante negativo en un lugar en el que se vende comida, en realidad le da un toque de autenticidad, recuerda a cómo eran las cosas en el pasado.

En este mercado los ojos no saben dónde mirar. Semillas, chiles, quesos, chocolate, hierbas, carnes y artesanías están mezcladas con artículos chinos pero eso no le quita encanto. No te vayas sin probar los tamales de frijol o un tejate, una bebida con maíz y rosita de cacao. Tampoco sin quesillo o chile chilhuacle o de agua.

No se trata de encontrarte un chapulín en el mercado, vivo y haciendo cri, cri cri... sino de toda una industria en base a estos insectos fritos que se consumen y venden a granel. Como si estuvieras en un mercado chino, las mujeres indígenas vendedoras de estos pequeños insectos, mas que crujientes, te ofrecen una cucharada para que los pruebes y te animes a comprarlos. La verdad, desconozco su precio y también su sabor, pero no cabe duda que es una industria centenaria que aún conserva consumidores.

Te sorprenderás con la venta de Artesanias, chocolate, mole, ropa típica y unas deliciosas aguas de sabores, mmmm que ricasss.

Barata, buena, igual a los alrededores pueden comer muy rico, pero aquí lo hacen muy rico y buen precio y donde pueden encontrar desde una torta hasta platillos más elaborados y de toda la región.

Hay mucho que probar: quesillo, aguas, chocolate y moles de todos colores y picantes.

Los mercados de Oaxaca son toda una experiencia de color, olor, sabor y convivencia.