Elegancia en Santa Cruz de Tenerife
Como un oasis en medio de la capital chicharrera, y paciente de varias restauraciones y mejoras constantes, se reabrió hace poco el Hotel Mencey, todo un símbolo en la isla de Tenerife desde el siglo pasado.
El empaque, lo tiene, ya que en sus más de 60 años de vida ha recibido la visita de reyes como los de España o reinas ( de la salsa ) como Celia Cruz. Y aunque con años de una crisis, finales de los 80, que obligaron a cerrarlo ha salido siempre adelante.
Y eso que los principios no fueron fáciles, ya que fue hijo de los primeros años de Dictadura y levantado en un tipo de arquitectura militarista, fea y cúbica, rechazado por muchos como fuente de gastos en vez de riqueza para una isla "pobre" y sin recursos.
Esta última compañía, después de una larga renovación, ha sabido traer al Mencey al siglo XXI sin que perdiera un ápice de su esencia histórica y su arraigo chicharrero.
Las zonas comunes han recuperado el esplendor de antaño, la luz, las formas y la elegancia. Los jardines vuelven a dar colorido y sombra a los visitantes que quieran disfrutarlos.
Las habitaciones, amplias, luminosas y sobre todo cómodas, nos hacen dudar si quedarnos a descansar en la cama o bajar a dar rienda suelta a nuestros sentidos con el fantástico y variado desayuno.
Un spa nos espera para relajar y tonificar nuestro cuerpo después de un intenso día de visita a la isla o una jornada de compras en cualquiera de los centros comerciales o las tiendas más selectas que se encuentran a un paso del hotel.
Iberostar Mencey se ha convertido en la mejor opción para una estancia perfecta en Santa Cruz de Tenerife.
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