El sueño de dos grandes hombres.
Porque en principio, este solemne lugar fue levantado para honrar la memoria del presidente americano que luchó por los derechos de los más desfavorecidos, pero he aquí, que un descendiente de uno de sus defendidos le robó el protagonismo.
La historia es bien conocida: Martin Luther King y su discurso "Tengo un sueño" congregó en agosto de 1963, frente al monumento que recordaba al "Gran Emancipador", a miles de personas que clamaban por su libertad e igualdad de derechos. Fue un discurso histórico y por lo tanto un momento decisivo en la historia de los Estados Unidos.
Además, el escenario no podía ser más acertado ni más espectacular. Construido en piedra blanca con 36 columnas que representan a cada uno de los Estados de la Unión en el momento de la muerte de Lincoln, cuenta con una estatua del presidente sentado en actitud pensativa, con la mirada perdida en la distancia, flanqueada por dos cámaras laterales con las inscripciones del segundo Discurso Inaugural de Lincoln. La estatua tiene 19 metros de altura y pesa 175 toneladas casi tanto como el magnetismo que irradia y que atrae anualmente a unos seis millones de personas.