Comer en Martin Berasategui en el mes...
Comer en Martin Berasategui en el mes de Julio , en una escapada al festival de Jazz de San Sebastián, es una experiencia que no se olvida nunca. El entorno,el comedor al aire libre , la delicada y profesional atención del personal de sala y la visita al comedor al final de Martin preguntándonos que tal habíamos comido , con un tono cercano y amable, es el colofón de un gran restaurante. Comimos a la carta , a destacar un pichón con una textura y un sabor a brasas que te recuerdan un manjar rústico y delicado a la vez. Unas ostras con un punto cítrico que hacen actuar con energía las glándulas
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