Me ha gustado el cambio que supone la apertura del Malak, ya que hay pocos lugares donde degustar platos de comida árabe. En este caso la carta alterna la comida moderna con platos exóticos.
El establecimiento resulta un poco frío y hay cosas de la decoración que no pegan (los manteles indiviudales estilo retro con todo ese papel pintado de etiquetas de vino.
En el local que fue una antigua ferretería (el Yunque), se ha montado recientemente un local muy interesante para el picoteo. En una carta salpicada de algunas referencias árabes (en homenaje a los orígenes de su propietario) resultonas: falafel, hummus, taboulé... destacan un revuelto de grelos, queso de cabra y langostinos (aunque con poco langostino), las croquetas caseras y sus tostas.
El menú del día es un poco caro (12€), asi que compensa más compartir unas raciones.
Está en pleno casco histórico, pero alejado del "triángulo atraca-turistas".
Si te gusta la combinar los platos exòticos con otros más tradicionales de la (moderna) gastronomía gallega no dejes de visitar el Malak. Te recomiendo las croquetas (de las de verdad) y las tostas, pero déjate sorprender por el falafel o el humus
Ha decaído mucho desde su apertura inicial. Las últimas veces que fui me decepcionó mucho porque había bajado tanto la calidad como la cantidad de los platos.
