Kris por el mundo
Maiko por un día
Mi cumpleaños iba a ser durante nuestro viaje a Japón y le pedí a Arturo como regalo poder convertirme en maiko por unas horas. Para ello busqué en internet desde España varias opciones, y este local fue el que más me convenció. Reservé día y hora, y allí estaba según lo acordamos lista para convertirme en una geisha. Fue todo muy curioso. Primero fuera ropa, luego recoger todo el pelo, maquillar el rostro, colocar la peluca, elegir el kimono, poner todos los adornos necesarios, calzarme... y era otra persona. Tanto que ni mi marido me conocía cuando bajé a su encuentro.
Así vestida di un paseo de casi una hora por la calle, primero acompañada de una fotógrafa que me hizo algunas fotos, y luego a solas con Arturo.
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