Los Voladores de Papantla
Justo en la entrada al Parque Arqueológico de Tajín aparece un poste. De repente, al congregarse varios grupos de visitantes, aparecen cinco hombres vestidos de rojo y blanco, con unos delantales de terciopelo bordados y unos sombreros en forma de capirote, forrados de flores y espejos. Uno de ellos lleva un tambor y una flauta que hace sonar, cada uno con una mano. Giran alredeor de la base del poste y de repente todos, menos el músico empiezan a subir por el poste. Luego el músico hace lo mismo mientras los demás ocupan su sitio, en cada punto cardinal y se atan las piernas.
Cuando el tocador llega a la cúspide se sienta en el medio y el poste empieza a girar mientras toca una música repetitíva que favorece el trance de Voladores y espectadores.
No puede uno menos que mantener el silencio ante los movimientos hipnotizantes de los Voladores y acordarse de cerrar la boca de sorpresa de ven en cuando...


