Una cena de lujo
Esta semana he vuelto a Cantabria, después de casi dos meses sin ver a mi familia. La ocasión merecía una cena especial, y con ese objetivo nos dirigimos a "Los Raqueros", un restaurante estupendo situado en pleno centro de Santander, muy cerca de Puerto Chico.
Antes de nada, conviene aclarar el curioso nombre del local: "Raquero" es la palabra con la que se designaba a los chavalines marginales, en muchos casos huérfanos, que a finales del siglo XIX frecuentaban el puerto de Santander, y que sobrevivían gracias a las monedas que los curiosos les lanzaban al agua para ver cómo se arrojaban a por ellas. Esta palabra, cántabra a más no poder, ha quedado anclada en el vocabulario de la tierruca, y ahora se usa para designar a cualquier chico joven (o no), pillo y maleducado. No habrán sido pocas las veces que mi madre me ha regañado con un "¡Pero qué raquera eres!" =P.