El orgullo de Bremen
Aunque el cuento se remonta a muchos siglos atrás (ya se conocía en el siglo XII), sólo fue en 1951 cuando se decidió encargar una escultura en bronce a los protagonistas de esta divertida y metafórica historia, que cuenta como un burro, un perro, un gato y un gallo, considerados por sus amos ya inútiles por su edad, deciden ir a Bremen a probar suerte en lugar de aceptar ser sacrificados.
Quieren ser músicos, y se ponen en camino hacia la ciudad, pero la noche cae antes de que puedan cruzar el río y tienen que dormir en una casa de campo. Aparecen unos ladrones a los que echan gracias al escándalo que forman todas sus voces y gritos. Al final deciden instalarse en la casa y vivir juntos, protegiéndose y viviendo sus últimos días como buenos amigos.