David Lopez
Un trato inmejorable
Tuvimos el inmenso honor de inaugurar este fantástico y paradisíaco hotel, gracias a una oferta de inauguración que nos llegó casi por casualidad antes de partir para el país de las sonrisas.
Una experiencia inolvidable: una atención como casi en ningún otro lugar que hayamos visitado, un auténtico placer para lo sentidos. Está situado a tan sólo un kilómetro de las ruinas de Sukhothai, declaradas en 1991 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esto te permite realizar visitas a sus templos, después, descansar y relajarte en tu habitación, en sus jardines, en sus embalses naturales llenos de nenúfares, en su piscina con hidromasaje o en la terraza de su restaurante-cafetería.
Sus habitaciones son pequeñas casitas con todo tipo de detalles, TV por satélite, aire acondicionado, lavabo con duchas de agua caliente con mucha presión. Limpieza absoluta y mobiliario colonial, un auténtico lujo.
Inaugurado en 2008, ésta puede ser una buenísima elección para pasar unos días en Sukhothai.
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