Las salinas del Janubio

Las salinas del Janubio son las salinas más grandes de las islas Canarias, se encuentran en la isla de Lanzarote. Son salinas tradicionales, que antes eran campos de trigo y de maís. Desde el año 1895, empezaron a construir las salinas. Era un negocio familiar, ahora están produciendo unas diez mil toneladas por año. Las salinas se pueden visitar, y te explican el proceso de fabricación de la sal, cuanto tiempo se deja en las salinas secar el agua de mar, y los usos que se hacen luego de la sal, que sirve a salar el pescado del resto del archipiélago. Se hacen salazones y conservas de pescado.

Junto con El Golfo y Los Hervideros, las Salinas conforman un triángulo de atracciones turísticas muy cercano y que es de visita obligatoria para todo aquél que esté viajando por Lanzarote.

Las salinas, en sí mismo, no es que tengan nada especial. Sin embargo, desde lejos, desde alguno de los miradores que hay en la carretera, ofrecen un paisaje único que es tan raro como el resto de paisajes cercanos de la isla. Vamos: Colores, formas… Un sitio más para que tu percepción de lo que has visto, lo que conoces y lo que creías que no era posible cambie por completo.

Uno de los lugares en los que merece hacer una parada si visitas Los Hervideros o tienes intención de llegar al pueblo El Golfo, son estas salinas. Uno de los lugares que ver en Lanzarote, y que sin ser nada excepcional, regalan una preciosa puesta de sol. Se pueden ver desde algún mirador junto a la carretera, sentarse a comer o tomar algo en el restaurante que se alza sobre ellas, o incluso, animarse y conocer las salinas en alguna de las visitas guiadas (de pago) que se realizan por sus instalaciones.

Hablas de percepciones, Pedroja; sensaciones, a flor de piel, es sentir el pescado en alguno de los restaurantes de El Golfo. Es posible que veas al pescador subir de la barca, con la vieja (o alguna otra especie) en su cesta, para que te la pongan en la plancha y puedas disfrutarla mientras la acompañas con un magnífico blanco malvasía (madre mía, que vino, algún día habrá que hablar con mayor detenimiento de estos blancos fabulosos) y te dejas llevar, en la terraza, con la arena en los pies descalzos, por el ligero susurro de las olas del mar acariciando las piedras de la costa. Y todo ello alejado de las salvajes bocanadas del turismo caníbal, ese que devora sin piedad ni snetimiento todo lo que sale a su paso.

Muy cerca de Playa Blanca están las Salinas del Janubio, un lugar para hacer una paradita volviendo de l
Tiene un pequeño bar con una terraza preciosa que jamas he visto abierto en los cuatro años que hemos estado.

Aunque puede parecer que las Salinas no son gran cosa, conforman un bonito paisaje digno de ser admirado a tu paso por Teguise.

Acércate, échalas un vistazo, seguro que te van a gustar.

Sus colores, a pesar de estar la tarde nublada, resultan espectaculares. Merece la pena dar un rodeo y mirarse las salinas desde la parte del mar.

Fui a Lanzarote con mis tres mejores amigos. Una tarde nos comentaron que en una playa cerca de las salinas de Janubio veríamos "un atardecer inolvidable".

La cosa es que cuando pasábamos por las salinas se nos ocurrió bajar para hacernos unas fotos. Y cuando volvimos al coche de alquiler no arrancaba... estuvimos 4 horas junto al coche, porque la empresa de alquiler tardo mucho en llegar.

Durante esas 4 horas conocimos a mucha gente de toda España que pasaban con sus coches de alquiler y paraban para ver como nos podían ayudar. La verdad, es que fue un atardecer que ninguno de