Historias de pueblo
La cabecera municipal de Villaldama fue fundada por españoles en 1690, atraídos por yacimientos de plata y zinc ubicados en los alrededores. El pueblo, limpio y pintoresco, se encuentra rodeado por montañas: Minas Viejas; La Goma; La Iguana, donde fueron establecidas las minas que dieron fama y economía al pueblo. A pesar de la riqueza del lugar, los acontecimientos políticos y sociales del país, detuvieron la explotación de los minerales y el pueblo terminó basando su economía en la agricultura.
Hoy, en el barrio antiguo del centro, hay una gran cantidad de mansiones abandonadas; caseríos inundados por plantas que han sobrepasado los límites del patio y ahora conviven con escombros, viejos muebles y vigas, testigos mudos de otros tiempos donde la bonanza entraba por la puerta grande diariamente.
Como en todo pueblo, las leyendas de miedo pululan entre los pobladores; niños que lloran por los rincones de estas ex residencias; mujeres de blanco que se pasean por el lugar; caballeros con levitas que se aparecen por las ventanas...
A mi me encanta conocer sitios como éste; me gusta imaginar las historias cotidianas de las familias que un día vivieron ahí; me imagino a los niños que pasaban horas en los jardines, las horas de esparcimiento que se vivieron en los salones; las alegrías, muertes, acontecimientos simples de tantas personas que hoy ya no están y nos dejan de forma involuntaria, la oportunidad de trasladarnos a siglos pasados.
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