Aunque parezca raro, no hablare del...
Aunque parezca raro, no hablare del agua de venecia, que es lo que por allí sobra, sino que me remitiré a hablar de sus calles, sus vereditas, plazas, etc. Caminando por allí, í me di el "lujo" de comerme una pizza yo solo (al diablo la dieta) en un puente en una noche de neblina de invierno, tranquilo, pensando en nada, tal vez jugaba con mi imaginación y pensaba que en cualquier momento podría aparecer algún fantasma de libros, de esos que andan con sus capas de aquí para allá en ese tipo de noches de las cuales le estoy hablando. Seguramente, un fantasma no se me habría presentado a cara descubierta, sino que tranquilamente podría haberse ocultado detrás de una de las famosas máscaras que se hacen para los carnavales de ésta ciudad.